La casa torcida, de Agatha Christie

Agatha Christie está considerada como una de las más grandes autores del crimen y misterio de la literatura universal. Es una de las autoras más traducidas del mundo (a más de 100 idiomas) y cuyas novelas y relatos todavía son objeto de reediciones, representaciones y adaptaciones al cine; se calcula  que se han vendido más de cuatro mil millones de copias de sus libros.

Christie es la creadora de grandes personajes dedicados al mundo del misterio, como la entrañable Miss Marple o el detective belga Hércules Poirot. La novela que hoy nos ocupa no está protagonizada por ninguno de ellos, si no por un “detective” aficionado.

La casa torcida (Crooked Hause) fue publicada en marzo de 1949. Es una historia de secretos y misterios en el seno de una familia poderosa y cerrada, contada en primera persona por Charles Hayward, un diplomático hijo de un comisario de Scotland Yard.

Tres generaciones de la familia de Arístides Leónides, multimillonario griego, conviven en Inglaterra, en una curiosa mansión de estructura inclinada que el magnate hizo construir para este fin. Una multitud de personajes se entremezcla en los pasillos y las estancias de la casa, incluidas la joven y hermosa Brenda, segunda esposa del anciano patriarca, y Sophia, su más avispada nieta, cuyo futuro suegro es comisario de policía. La paz hogareña se trunca cuando Arístides es envenenado, ya que se sospecha que el culpable ha de ser alguien de la familia. Sophia exigirá entonces a Charles, su prometido, que haga lo posible por esclarecer el asesinato, ya que no podrá casarse con él hasta que el asunto haya sido resuelto. El caso, que contará con el apoyo del padre de Charles y del inspector jefe Tavener de Scotland Yard, se complicará con más muertes y con el hecho de que nadie tiene una firme coartada.

Se trata de una novela corta, de unas 250 páginas. El título tiene doble significado, por un lado se refiere a la infraestructura de la casa en sí ( casa de construcción deformada) y por otro lado hace un juego de palabras con el término inglés “crooked”, que significa torcida y deshonesta cuando hablamos de una persona.

Lenguaje sencillo, con mucho diálogo y con un final sorprendente. Nadie se libra de ser sospechoso. Muchas pistas para descubrir quién es el asesino. Yo me lo imaginaba, posiblemente porque conozco el estilo de la autora y estaba atenta a las pistas que iba dejando.

Es un crimen redondo, bien hilado y sin cabos sueltos, simple y sencillo a la hora de resolverlo. La autora nos plantea hasta dónde puede llegar la crueldad/maldad de una persona.

A pesar de que no es una de sus novelas más conocidas era la favorita de Agatha  y así lo dice es su autobiografía.

De las últimas novelas de Agatha que he leído últimamente es la que más me ha gustado. Mantiene el interés durante toda la trama y me ha parecido acertado la forma de presentar y resolver el crimen.

Si  queréis una lectura de misterio sencilla y entretenida, este puede ser un gran libro a tener en cuenta.

Nos leemos, 

Ayla